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En este artículo no puedo hablar sobre la menopausia por experiencia propia porque aunque no es una etapa que me queda muy lejos, todavía no he llegado. Será por eso de que me estoy acercando que me llama mucho la atención el cómo viven las mujeres esta etapa de su vida. No deja de sorprenderme lo mal que, en general, se lleva esta fase.

En consulta es muy común oír a las mujeres preocupadas por esta etapa de transición en la que experimentan cambios físicos, emocionales y de otras índoles. Se vive como el final de algo “bueno” y la entrada a una etapa “mala” para la mujer. Es cierto que estamos sometidas (sobre todo las mujeres) a un bombardeo constante desde la publicidad y el marketing de que “lo bueno” es la juventud y que cuando nos acercamos a la vejez ya no servimos para nada. Me inquieta oír a las mujeres culpándose por “esos kilos de más “, “esa cintura que yo antes tenía y ahora ha desaparecido”, “esta piel con arrugas, con el cutis que yo he tenido….”, parece como si estuvieran haciendo algo mal.

Lo primero que me parece importante es entender qué es la menopausia, qué está pasando en el organismo y vivirla como una transformación natural y fisiológica hacia una nueva etapa, la de la madurez de la mujer. Cuanto mejor entendamos lo que pasa durante la menopausia mejor podemos ayudar a nuestro cuerpo a vivirla como algo natural y menos estresante se nos hará.

Pensad por un momento que significa la menopausia para vosotras: ¿es el final de algo o un nuevo principio?. La menopausia marca el final de la vida reproductiva de la mujer, los ovarios se vuelven gradualmente inactivos. Éste es el proceso opuesto a lo que ocurre en la pubertad. Los problemas en la menopausia a menudo son más agudos que en la pubertad principalmente porque la dieta, durante los años previos a la menopausia, ha podido ser carente en muchos nutrientes (proteínas, calcio, magnesio, vitamina D, E, ácido pantoténico……). Además, el estrés emocional que supone rebelarnos al hecho de hacernos mayores, a envejecer, el miedo a perder el atractivo físico o a suponer, (equivocadamente), que la vida sexual se termina, juegan un papel importante en los problemas de la menopausia.

La edad a la que se presenta la menopausia varía mucho ya que depende de muchos factores: raza, constitución personal de cada mujer, genética….. pero lo más común es que se dé entre los 45 y 55 años. El cese de la regla a veces es brusco y otras veces más paulatino (el flujo menstrual se interrumpe unos meses y se reanuda al cabo de un tiempo y así sucesivamente).

Algunas mujeres se sienten en cierta forma menos femeninas después de la menopausia al dejar atrás sus años fértiles. Otras, sienten que se encaminan hacia la vejez y cada vez son menos atractivas y se sienten menos sexys. Pueden sufrir pérdida de confianza en ellas mismas y sentirse invisibles para el sexo opuesto. A todo esto se suman diversos síntomas físicos incluyendo sofocos, picores, insomnio, sequedad vaginal y sudores nocturnos. Hay que recalcar que estos cambios no son una enfermedad y no necesitan tratarse como si lo fueran.

Durante la menopausia cesa la menstruación, el sistema hormonal se reorganiza y las secreciones ováricas cambian. No hace falta tomar hormonas sintéticas para reemplazar a las que ya no se están produciendo porque insisto que es un proceso natural en la vida de la mujer, no es malo, es la transición hacia otro momento vital y como todo cambio genera sus reajustes. Los podemos vivir mejor o peor pero hemos de entender que no se acaba “lo bueno”. Tendremos que pasar un duelo por lo que ya no somos, por lo que se va, pero empezamos otra etapa. Si estos cambios se dan de una manera gradual el paso por la menopausia no traerá muchas molestias. Sin embargo, si estos cambios hormonales se producen bruscamente, nos pueden traer problemas más molestos.

 

¿Qué podemos hacer para prepararnos para la menopausia? Para mí una regla sencilla en este caso es: cuanto mejor esté tu salud general antes de llegar a la menopausia más fácil y llevadera será esta etapa de transición”. En otras palabras: “ocúpate de tu salud y la menopausia se ocupará de ella misma”. Y hablo de salud en un sentido global: teniendo en cuenta la parte física (alimentación, ejercicio…), mental (seguir activa, seguir interesándonos por aprender cosas nuevas…), emocional (atender nuestras emociones, relaciones con nosotras mismas y los demás) etc… En definitiva, una mujer que se alimenta de manera sana, que hace ejercicio acorde a su constitución y condición, que es capaz de relajarse y disfrutar de su vida, sus relaciones, que atiende a sus necesidades emocionales, está en mejor posición para afrontar la menopausia sin complicaciones mayores.

Uno de los síntomas más comunes en la menopausia es un aumento de peso y pérdida de “la cinturita”. Tan pronto como esto ocurre se tiende a buscar dietas de adelgazamiento con tal de “recuperar el peso ideal” y esto puede llevar a seguir dietas inadecuadas. Dado que la alimentación influye muy directamente en el desarrollo hormonal de la mujer hay que cuidarla asegurando un buen aporte de todos los nutrientes que necesita el organismo y de esta forma es más fácil pasar por esta etapa sin carencias. Pero hay que aceptar que se dan cambios y que son cambios fisiológicos propios de esta etapa de la vida.

Animo a todas las mujeres (y a los hombres también) que tengan algo que aportar sobre este tema a que nos escriban y compartan con nosotros sus opiniones, sensaciones, cómo lo vivís etc… y así ayudar a normalizar y a disfrutar de esta etapa natural de la vida de la mujer.

 

  • Autora de este articulo: Laura Lángara (A.Nutricional y Bioquímica)